OTRA DIMENSIÓN




Atónito vigilo desde mi cobijo,
cómo tu esencia traza un acertijo…

Pues nunca vi un color de ojos tan puro
desde el azul celestial de tu conjuro.

Abundan almas comprando boletos,
para el sorteo de la lotería de tus besos.

Desorientado me quedo al observar tu pelo,
de centellas doradas y alhajas de hielo.

Purifica la brisa de tu suspiro,
la toxicidad del aire cuando respiro.

Porque tu aroma queda grabado a fuego,
similar al de un grato recuerdo.

A lo lejos se deleita la perfección de tu contoneo,
casi siempre lejano y simultáneamente al lado.

Pulverizan tus labios la inmunidad del deseo,
del que nadie puede salir ileso.

Por eso, atónito vigilo desde mi refugio,
tus pasos ligeros y a la vez seguros…

Que tornan dichoso al suelo pisado
y quizá me devuelvan sin disimulo…

A años luz, donde habitamos los humanos,
en una dimensión dispar a tu mundo.

FUERA DE LUGAR



Montado en mi recio  caballo,
 cabalgo y peino haciendas.
Me quito sin contemplación
para poder respirar, el yelmo.

Y es que viejo me llaman las chicas,
niño las mujeres.

Diviso horizonte ajeno,
donde la dicha es cierta
y el miedo ha perdido terreno,
de bruces doy contra el suelo.

Y es que inservible me llaman los ricos,
vanidoso los necesitados.

Golpeo fuerte el peto,
a mi corazón le fortalece el hierro,
requisito para esta empresa
el poder cubrir mi pecho.

Y es que borracho me llaman algunos,
cliente el dueño de la taberna.

Al viento desenvaino el acero,
haciendo ademán de fortaleza,
aprieta el paso mi corcel,
para rescatar a nuestra princesa.

Y es que anticuado me llaman las promiscuas,
insolente las recatadas.
  
Doy muerte al dragón de fuego,
rescato a la bella dama
Liberándola de su correctivo,
pero de bruces doy contra el suelo.

Y es que prepotente me llaman los cobardes,
honesto los criminales.

Mi jaco trota desorientado,
volveremos a tirar de mandoble
e intentaremos salvar el mundo,
en esta contienda que viene.

Y es que loco me llaman los aburridos,
insulso los excéntricos.

Decae el coraje devastado,
a razón de nuevas derrotas
que oxidan la armadura de hierro,
sin rastro alguno de victoria.

Y es que ligero me llaman las tortugas,
pesado las gaviotas.

Proseguimos errando sin rumbo,
tanto caballo como caballero,
intentando buscar mi lugar,
doy de bruces contra el suelo.

NADA



Nada es la soledad que me acosa,
cuando tú tienes compañía.

Nada no es un pronombre indefinido,
es absolutamente nada.

Nada es el nudo en la garganta,
que comparece si otros labios te besan.

Nada es la oscuridad en mis días,
es luz que hay en tus noches.

Nada es andar bajo la lluvia,
mientras otros brazos te esperan.

Nada es todo cuando apareces
y todo es nada si te marchas.

Nada es el silencio a medianoche,
 tu clímax que a otra parte llega.

Nada no es parte de la Historia Interminable,
es infinitamente menos que eso.

Nada es el árbol infructífero,
que se sostiene firme al paso del tiempo.

Nada es la mentira que vives,
es la verdad por la que muero.

Nada soy entre la gente,
una partícula de arena en el desierto.

Nada es el desarrollo del desenlace,
es un grito a campo abierto.

LORENA


Laberinto o redada en nueva andanza,
me guía directo y sin remedio
hacia los confines de tu pelo.

La oleada relevante es nítida azalea,
cuando la brisa del azar
me conduce hasta tu imagen.

Lúcido oro resplandece, entre niebla aparece,
por comprar esa mirada tuya,
capaz sería de pagar con utopía.

Libre ocaso, ríe en ningún acto...
al ser cubierto por nebulosos colores.
Mis ojos, te buscan y no aciertan.

Legítimo oasis restauro, entre nobles amazonas,
si el infinito me deja,
si sellaras con tus besos mi boca.

Locura orientando razón, endeble ni aguerrido,
por ti me torno inverosímil figura,
hallo tu nombre entre mis letras.